IMAGINA 2025: así fue el encuentro que dibuja el futuro de la moda sostenible
Durante dos días de mayo, el Real Jardín Botánico de Madrid se convirtió en un espacio de pensamiento colectivo, creatividad transformadora y acción. La 12ª Jornada de Moda Sostenible IMAGINA, organizada por Slow Fashion Next, reunió a más de 60 ponentes y centenares de asistentes para debatir, aprender y compartir soluciones reales hacia un nuevo modelo textil más justo, regenerativo y consciente.
Desde Clickoala, tuvimos la oportunidad de estar presentes en este evento y ser testigos directos de la energía colectiva que lo atravesó. Un espacio que no solo inspira, sino que confirma que la transformación del sistema moda ya está en marcha.
Sostenibilidad como estructura, no como etiqueta
Una de las ideas más repetidas —y celebradas— durante la jornada fue que la sostenibilidad no puede seguir siendo tratada como un añadido o una estrategia de marketing. Debe convertirse en una decisión estructural que atraviese todos los procesos: desde el diseño y la producción hasta la logística, la comunicación y la trazabilidad.
Se habló de producir menos, reparar más, transportar mejor e incluir a todos los eslabones de la cadena de valor. Una visión sistémica que pone el foco en la durabilidad, la circularidad y el cuidado.
Empezar por el sentido común
La jornada abrió con una propuesta radical por su aparente sencillez: aplicar el sentido común. Escuchar antes de producir. Pensar antes de comunicar. Reflexionar antes de actuar.
Desde esta base se cuestionaron prácticas habituales del sistema actual, como la producción sin propósito o el consumo impulsivo, para proponer una mirada más coherente con las personas y el planeta.
Herramientas para una moda regenerativa
A lo largo del evento se compartieron metodologías y recursos para avanzar hacia una moda regenerativa y emocionalmente durable. Entre ellas, destacó una herramienta desarrollada por Slow Fashion Next que propone 12 estrategias para diseñar prendas con mayor carga simbólica y afectiva. Porque una prenda que tiene significado dura más.
También se reivindicó el uso de fibras naturales con impacto positivo, como el cáñamo, el lino o la lana regenerativa. Lejos de la nostalgia, estas materias primas ofrecen soluciones viables que cuidan el suelo, fortalecen economías locales y reducen la huella ambiental del sector.
Comunicar con rigor (y sin culpa)
Con la legislación europea avanzando —como la Directiva de Green Claims—, se insistió en la necesidad de una comunicación veraz, basada en evidencias y alejada del greenwashing. El reto no es solo demostrar con datos el impacto positivo, sino también generar deseo por productos bien hechos, con propósito.
En esa línea, también se puso el foco en la digitalización: sí a la trazabilidad, pero con criterio ambiental. Se alertó sobre el coste energético y de agua que implica gestionar grandes volúmenes de datos sin una estrategia clara. La tecnología, se insistió, debe ser un medio, no un fin.
Una moda con propósito y conexión
IMAGINA fue también un lugar para reflexionar sobre el propósito del diseño. ¿Qué diseñamos, para quién y por cuánto tiempo? Se habló de pasar de la acumulación al vínculo, de priorizar la utilidad frente a la tendencia y de diseñar para alargar la vida útil de los productos desde el inicio.
Canarias y el Ecosistema Slow Fashion Next
Uno de los bloques más aplaudidos fue la presentación de cinco marcas canarias impulsadas por Proexca. Desde bañadores inclusivos hasta colecciones colaborativas, mostraron cómo el diseño sostenible también es una herramienta para expresar identidad y arraigo territorial.
Este espacio también puso en valor la fuerza del Ecosistema Slow Fashion Next, una red viva de personas y proyectos comprometidos con cambiar las reglas del juego.
Colaborar, ese reto pendiente
A través de una dinámica participativa se hizo un mapeo colectivo del estado actual de la colaboración en el sector moda. La conclusión: hay voluntad, pero también muchas barreras. La confianza, la transparencia y el conocimiento compartido se identificaron como claves para avanzar.
Entre los retos comunes que surgieron, destacaron la formación en sostenibilidad (también para consumidores), la creación de narrativas aspiracionales, el impulso de circuitos cortos y la necesidad de un marco legal efectivo.
Un cierre inspirador
En la dinámica final se pidió al público que resumiera en una palabra su experiencia. Las más repetidas fueron “inspirada”, “conectada” y “agradecida”. Palabras que también resumen lo que sentimos desde Clickoala tras haber formado parte de este encuentro. Porque cuando se trabaja en colectivo, desde lo humano y lo consciente, imaginar otro sistema no solo es posible: ya está en marcha.
¿Te interesa saber más sobre moda sostenible? En Clickoala hemos escrito varios artículos que pueden ayudarte a identificar productos que realmente cuidan de las personas y del planeta, sin greenwashing y con criterios verificables:
La moda puede (y debe) formar parte del cambio.