Somos una pequeña bodega familiar situada en Mazarulleque, en pleno Valle de Altomira (Alcarria conquense), donde elaboramos vinos ecológicos-naturales con el máximo cuidado y respeto por nuestra tierra. Al frente estamos Maribel Fernández, alma mater del proyecto, y José Manuel Vieco, viñador y responsable de todo el proceso en bodega.
Nuestra historia con el vino es íntima y viene de lejos. Aquí, en nuestra tierra, siempre han existido pequeños majuelos para autoconsumo y, todavía hoy, muchas familias elaboran su propio vino en las bodegas-cueva del pueblo. Una de ellas es la nuestra, situada en plena calle Bodegas, en el corazón del municipio, rodeada de historia y tradición.
El Valle de Altomira es mucho más que un paisaje: es un lugar vivo, lleno de naturaleza, con yacimientos íberos y romanos, restos medievales y memoria rural. Nuestros viñedos crecen ahí, en equilibrio con el entorno, y cada vendimia es un acto de cuidado. Elaboramos de forma artesanal, combinando lo que aprendimos de nuestros abuelos con el conocimiento actual. El resultado son vinos sinceros, con carácter, que hablan del suelo, del clima y de quienes los trabajamos.
Este proyecto no sería posible sin el apoyo de nuestra familia —abuelos, hijos, tíos, primos, hermanos— ni de los amigos que nos acompañan desde el principio. Luchamos por mantener viva nuestra tierra dentro de esa España que muchos llaman “vaciada”, pero que para nosotros está llena de vida, aromas y raíces.
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